La corrupción es una mala hierba que ha invadido la economía, la política y la sociedad, y que amenaza también a la Iglesia. El tema no es tratado desde el punto de vista económico o sociológico, sino yendo a la raíz: el corazón humano, que se llena de aquello que cree ser su tesoro. En él puede anidarse el cáncer de la corrupción, que es algo diferente del pecado. El autor invita al lector a una reflexión o desafío de fondo: “¡Pecador, sí. Corrupto, no!”. El pecado tiene solución. Siempre se puede perdonar. La corrupción no. Es necesario cuidarse de la corrupción. Es un camino difícil, donde la palabra profética del Evangelio tiene algo que decir.
Una meditación moral profunda, a la luz de la Palabra de Dios y de la espiritualidad ignaciana que sitúa al lector ante los aspectos de la corrupción sobre los que menos se suele reflexionar. Francisco lo hace magistralmente, mostrándonos la urgencia de una decisión: la de no ser cómplices de una cultura de la corrupción, dotada de su capacidad, lenguaje propio y modo de hacer peculiar.
El PAPA FRANCISCO, primer papa latinoamericano, nació en Buenos Aires en el año 1936. Jorge Mario Bergoglio, jesuita, fue ordenado obispo el 27 de junio de 1992 y años más tarde, fue nombrado (1998) Arzobispo de Buenos Aires.
Juan Pablo II lo creó Cardenal con el título de San Roberto Bellarmino en el año 2001. Participó en el cónclave que eligió como sumo pontífice a Benedcicto XVI y en el último Cónclave, salió elegido como sucesor, tomando para sí el emblemático nombre de Francisco.
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