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REFERENCIA GENERAL 01/00006
El río del misterio nace con la gozosa voluntad de corresponder a la favorable y maravillosa acogida que el público lector ha dispensado a los dos recientes poemarios de Bernardo García: Canto silente y Máteme tu hermosura. En este nuevo libro el poeta gana en transparencia, fuerza y vivacidad. Se advierte una mayor libertad y soltura. Algunos poemas tienen algo de sublime. Con estos versos navegamos por mares sin playas, por oleajes de fuego, ríos de lava ardiente, que enardecen la vida, nos transportan a lo transcedente y nos adentran en los meandros del “misterio guardado / en el seno del Padre / desde todos los siglos , y que, al llegar la plenitud de los tiempos, / desbordó fecundante, / y el caudaloso arroyo / de la vida del Hijo / inundó de ternura / nuestra tierra reseca”.
En este libro hay poemas que son más bien pinturas de iconos del amor de Dios, que vienen a ser como un eco de lo innombrable, porque “el silencio emanado del Río del misterio / habla sin palabras /... / es como un torrente silencioso / un torrente relajante / que llena de plenitud el aposento /.../ dejando en pos de sí / un brotar de primavera / un ritmo balanceante / que acuna el alma”.
El Río del misterio va acompañado de un CD con el que se pretende complacer a muchos de los lectores que deseaban escuchar los poemas en la voz del propio autor. Además, varios poemas están musicalizados por el mismo P. Bernardo con una música que no puede disimular el hecho de que el autor ha mamado el canto gregoriano desde muy joven. Es una música que potencia la palabra, una melodía, que nace de la palabra y se desarrolla con la palabra. Por otro lado, la cristalina voz de Maribel y su delicada interpretación serena los espíritus y crea un clima de silencio y paz interior. Estos poemas son pétalos de luz que nos sumergen en el río del misterio, de modo que el alma se esponja, los sentimientos se remansan y el gozo borbotea en el corazón.
124 págs. (15x21 cms)
« MÁTEME TU HERMOSURA, B. García Pintado EL ROSTRO DE LA SOLEDAD, V. Márquez Pailos »
ABADÍA BENEDICTINA